¡Una cosita a la vez!
Quizá esta es una repuesta que le ha dado el médico cuando usted acude a una consulta por parte de su EPS o servicio de salud, pero ¿Qué tanto se puede ayudar a un paciente al ver una sola cosa a la vez? En parte entiendo esta respuesta del médico, ya que desafortunadamente los sistemas de salud por prestar un servicio al mayor número de pacientes, ha reducido de manera significativa el tiempo que el profesional tiene para evaluar cada paciente y realmente no es suficiente.
Lo anterior lleva a que el médico vea las cosas desde la manera más puntual posible, sin embargo, esto hace que se divida al paciente en un sin número de patologías aisladas y que sea remitido a la misma cantidad de especialidades, a su vez, cada uno de ellos evalúa y trata al paciente desde su área de conocimiento.
Y esta es la base real de que la mayoría de las personas no tengan mejoría significativa de su enfermedad o problema, y es que si no se regresa al concepto de que el paciente es una UNIDAD, y de que todos sus órganos, ejes y demás sistemas biológicos están interconectados, que ese “Brote – alergia – lesión en piel – dolor articular – pérdida de cabello – aumento de peso – etc, etc” pueden estar directamente ligados a alteraciones no tan visibles, como su función gastrointestinal, endocrina u hormonal, no será posible encontrar la disfunción raíz o real causa que genera estos síntomas al paciente por lo cual seguirá consultado una y otra vez por una nueva manifestación que usualmente no se traduce en buena salud.
Para poner un ejemplo citare mi propio caso, que me llevó a no tener una buena salud por varios años. Tengo un diagnóstico de base de hipotiroidismo desde los 17 años, tomando suplencia desde el mismo tiempo, pero a pesar de que mis niveles de TSH casi siempre han estado “en metas” me persistían una cantidad de síntomas que no permitían que me sintiera realmente bien, perdida abundante de cabello, dolores musculares intensos, calambres prolongados, demasiada dificultad para perder peso, dolores articulares frecuentes y sensación de cansancio diaria. Sin importar cuantas horas durmiera no lograba recuperarme de ese cansancio y otros más.
A la luz de la consulta convencional no había mucho que hacer porque como ya mencioné, los exámenes de tiroides salían bien, no tenía problemas de colesterol o triglicéridos, mi cuadro hemático normal, el manejo se resumía a levotiroxina, hacer dieta (bueno no contaban cuanto tiempo llevaba haciendo “dieta”), antiespasmódicos, analgésicos…
Al conocer la Medicina Funcional y pasar por una consulta integral donde pude realizar exámenes más allá de lo que cubre la EPS, logramos encontrar el porqué de tantos síntomas, por ejemplo descubrí que tenía un déficit vitamínico importante, que los alimentos que consumía no los absorbía, pero que también restringía mucho mi alimentación, que aunque no estaba propiamente anémica por que la hemoglobina estaba normal, tenía niveles muy deprimidos de ferritina, vitamina D, vitamina B 12, entre otros. Inicié un tratamiento dirigido a la causa del problema con respuestas increíbles. Sin duda el abordaje era mucho más que solo tomar naproxeno con metocarbamol.
En resumen, aunque continúo trabajando en mi propia salud entendí por qué me sentía enferma pero además encontré el camino, una manera de que la medicina realmente impacté al paciente.
¿Entonces podemos encontrar y/o dar solución a las múltiples molestias y síntomas que nos aquejan? Bueno la solución no es tan complicada, debemos acudir al problema raíz, y es esta es la forma en la que la medicina Funcional llega a contribuir de manera positiva en la salud de las personas, lograr educar y reeducar de manera clara y entendible, cómo es que está relacionado de manera estrecha nuestros hábitos diarios en la calidad de nuestra salud y calidad de vida, así como de longevidad. Claro, de hábitos saludables siembre escuchamos o impulsamos, pero la verdad no se le da la verdadera importancia que merece, en consulta nos dicen o decimos “no está bien consumir productos endulzados” o debes hacer ejercicio”, pero en realidad ¿cuánto tiempo se dedica a explicar el porqué de no consumir endulzantes, o cuánto tiempo, tipo y calidad de ejercicio debemos hacer? La realidad es que no mucho, y la cuestión es que damos más importancia o prioridad al tratamiento farmacológico y es así tanto para paciente como para médicos, inclusive el concepto de que el médico es malo porque “no formula nada” es muy amplio.
Entonces a manera de conclusión, seamos médicos o pacientes, recordemos que como individuos somo una unidad, que requerimos tiempo para evaluar o ser evaluados, ver a fondo dónde nos llevan las dolencias de cada uno y sí, los hábitos de vida nos van a aportar de manera muy relevante en nuestra calidad de vida.
Así que busquemos de manera activa cómo mejorar nuestra salud y calidad de vida y si lo hacemos de la mano de un profesional que entienda todos estos aspectos seguro que no nos dirán “UNA SOLA COSA A LA VEZ”.
Lina Arias
Medica Funcional
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